jueves, 7 de mayo de 2009

Capitulo 1: El inicio de un viaje.

Gonzalo era un chico como cualquier otro, esto es, si obviamos que su nombre completo era Gonzalo Quispe Amankaya. Su madre trabajaba en la gran ciudad de Arequipa, y la vida no era fácil. Gonzalo hablaba un español masticado y un quechua que tantísimas veces le había metido en problemas.
Cuando niño su papá lo había abandonado con su madre. Y ambos se habían ido a trabajar con los grandes hecendados de la blanca ciudad.
Don rodolfo era el patrón y doña Asunción era la señora. Tenía prohibido hablar con los hijos de los patrones, a menos que le hubiesen enviado con un encargo. ÉL siempre envidio los juguetes del pequeño carlitos, y la pequeña sara.
Y los días de Gonzalo pasaban tediosos, en la choza en la parte trasera de la hacienda, porque no se le permitía salir de esta hasta que el sol ya se había ido por un buen tiempo, y tampoco tenía un televisor, como si tenían algunos de los otros "servidores". Durante la mañana, las paredes y la calamina eran como un horno.
Gonzalo no era feliz, no le gustaba ser tratado así, pero ¿Qué iba a hacer él, un chico de 7 años?
5 veces trató de huir, y 5 veces se arrepintió llegando al mirador de Sachaca y volvía rapidito antes de que su madre notará su ausencia. Pues ella era lo único que le quedaba en el mundo.
hasta que un buen día, un 17 de marzo, Gonzalo volvía de noche como siempre de la chacra, pero lo importante de la fecha es que ese día él cumplió 16 años.
16 años de soportar abusos por parte de los patrones, Sara, y el peor de todos, carlitos, que no era mas carlitos sino Carlos Malpartida.
-¿Ya estas listo para jugar indio?, dijo Carlos, que lo esperaba a unos metros de su casa.
-Don Carlos huy nu purfavur, es mi cumpliañio.
-¿A sí?, pues te tengo un regalo. Hoy aprenderás a hablar bien.
-....
-Dí Carlos Malpartida es mi dueño y no merezco nada.
-Carlos Malpartida es mi duiño y nu merescu nada.
-Esas son dos...tres letras mal dichas cholito ¿Sabes lo que eso significa no?
-Purfavur, ya basta.
-No indio de mierda, hoy te toca que te azoten.

Carlos era brutal con el buen Gonzalo, pero ese día algo cambio dentro de él. Gonzalo ya habia tenido suficiente del arrogante blanco. Ese hijo de puta que todos los días lo golpeaba y lo insultaba, y que había empezado a meterse en la choza de su madre cuando el estaba en la chacra, ese que nunca le mostró mas que odio y desprecio.
En un ataque de ira, arrancho el látigo de la mano del asombrado Carlos mientras él veía como este era enrollado al rededor de su cuello, sin atinar a hacer nada. Ambos cayeron al polvo, y ahi Carlos se retorció como si su vida dependiera de ello. Gonzalo apretaba cada vez mas fuerte el torniquete, y los ojos de Carlos empezaron a desorbitarse.

-Gonzalo... par... porffff.... te supl...
-HUY NU, KHUCHI WATU, LLAMAHINA KUKASAPA.
-......ffff....argh....tttt...rueeeggooo...
-Wañusqa
-......
-...
-..
-.
-

Cuando Gonzalo se dio cuenta de lo que pasaba, sus manos y su camisa de lino blanca estaban empapadas en sudor y sangre de la boca de Carlos, que tenía una mueca de horror plasmada en su caucásico rostro. Gonzalo estaba sollozando, pero se sentía eufórico. Al fin se había hecho que había pensado tantas veces, aquello que solo parecía una maquinación de el cerebro de un cóndor. Gonzalo supo entonces que tenía que huir, así que se levanto como si no hubiese sucedido nada, se arrastro hacia la choza que llamaba casa, y silenciosamente se cambió la camisa, beso a su madre que cansada ya dormía. La beso por última vez.

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